Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

domingo, 25 de mayo de 2014

Ocho relatos de boxeo, de Alexander Drake


Sonó la campana. Los dos boxeadores se aproximaron al centro del cuadrilátero. Ambos se odiaban. Cada cual era el fiel reflejo del otro y ninguno se gustaba a sí mismo. Los dos habían crecido en las calles, sin familia, pobres como ratas; la droga y la delincuencia siempre a su alrededor. El boxeo era su única esperanza para salir del fango. Pero uno tenía que ser el mejor para conseguir su meta. Era un camino duro. No había segundas oportunidades. Aquí la gente peleaba de verdad. Peleaba por su vida.

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Los puños de Arregui se estrellaban en el saco con tanta fuerza y velocidad que Franklin no pudo imaginar en aquel momento a ningún boxeador que él hubiese visto antes encajando semejantes golpes sin acabar siendo noqueado. Pero Walter sabía que no cualquier hombre valía para ser boxeador. Una gran fuerza no era lo único necesario. También estaba la técnica, el juego de piernas, los reflejos, la defensa, la capacidad para soportar el castigo y el dolor, la resistencia al agotamiento, la agresividad, el instinto asesino y, sobre todo, el corazón y la estrategia.  

Ocho relatos de boxeo. Alexander Drake.



Llegué a este libro gracias al blog de José Ángel Barrueco, un espacio imprescindible para todo aquel que quiera estar al tanto de lo que se cuece al margen del circuito literario convencional, más allá de las grandes editoriales, del Babelia y el Qué leer, al otro lado de las novedades, los bestsellers,  los escritores consagrados y los escaparates.
Sabía que Ocho relatos de boxeo me iba a gustar porque me encantan el boxeo y las historias de boxeo, y porque gente cuyo criterio suelo tener en cuenta hablaba muy bien del libro. Alexander Drake es el seudónimo de un tipo de  San Sebastián que escribe, no sé nada más del autor. El libro se lee en una tarde y es tan bueno que sabe a poco, uno se queda con ganas de más relatos, relatos de boxeadores, relatos de combates que parecen crónicas, escritos con una prosa rápida, seca y directa. Drake nos sube al ring y nos mete en las peleas, podemos oler la sangre y el sudor, casi podemos sentir los golpes y la crudeza del deporte más noble y duro que existe, el deporte en el que más solo se está. Sorprende lo bien que maneja el autor el lenguaje pugilístico y su capacidad no sólo para describir los combates sino para meterse en la mente de los boxeadores en el transcurso de los mismos. El buen hacer de Drake no se limita a lo que ocurre en el cuadrilátero, sus historias van más allá del ring y nos muestran las motivaciones, las circunstancias y las frustraciones de quienes han elegido el boxeo como medio para ganarse la vida. Ninguno de los relatos de este libro tiene desperdicio, ninguno deja indiferente, aunque hay uno que me ha llegado y emocionado especialmente "Arregui, la leyenda del boxeador" que cuenta la historia de un levantador de piedras que acepta la oferta de un periodista norteamericano que está haciendo un reportaje sobre los deportes autóctonos en el País Vasco. El periodista, fascinado por la fuerza del harrijasotzaile, le ofrece ir a Nueva York para convertirse en boxeador. Arregui al principio rechaza la propuesta, pero al mes comienza en España la Guerra Civil y se ve obligado a aceptar ante el avance de los sublevados y las matanzas de las patrullas falangistas. Ocho relatos de boxeo es un libro duro y de una honestidad brutal, un libro lleno de buena literatura.
 
-Ocho relatos de Boxeo. Alexander Drake. Ediciones Lupercalia . 10,95 euros. 104 páginas. Creo que lo mejor es pedir el libro a la editorial, la página funciona bastante bien, una vez confirmado el pedido en 24 horas tenía el libro en casa.