Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

lunes, 29 de abril de 2013

Vicisitudes, peripecias, trances


 Ya sé quien dijo aquello de que los objetos son anzuelos para pescar recuerdos, despertadores de la memoria. Fue Justo Pastor Mellado, os dejo la cita completa.

 "La memoria es un río habitado por peces esquivos. Se parece mucho a un cuadro de Paul Klee. A veces los recuerdos brincan fuera del agua y enseñan su lomo plateado y curvo. Pero en otras ocasiones necesitamos pescarlos. Los objetos son anzuelos para pescar recuerdos. O redes barrederas para lo mismo. Son despertadores de la memoria"

 Justo Pastor Mellado 1999.

 

El caso es que hace unos días volví a recordar esta frase cuando en un cajón arrumbado de una librería de viejo encontré esto:
 
 

 
 
 
De golpe volví a finales de los 70 y principios de los 80, a Jerez de la Frontera donde nací y viví hasta los 11 años. Los sábados mi padre nos daba a mis hermanos y a mí cinco duros para chucherías y lo que costaba el Joyas literarias. Estos tebeos y una Biblia infantil con ilustraciones a todo color fueron el primer contacto que yo tuve con la literatura. Llegamos a completar la colección, pero se perdió en alguna mudanza o en algún zafarrancho de limpieza junto con los libros de los cinco y muchas otras cosas, qué pena. La colección Joyas literarias juveniles adaptó alrededor de 250 clásicos de la literatura al  tebeo; Julio Verne, Emilio Salgari, Mark Twain, Dumas, Dickens y muchos otros. Gracias a estos tebeos no me quedaba con cara de armario empotrado (como los chavales de ahora) cuando escuchaba hablar de los clásicos.   Me gustaban todos pero entre mis favoritos de la colección estaban Miguel Strogoff de Julio Verne, La isla del Tesoro de Stevenson y Entre apaches y comanches de Karl May.
 
Pegué la hebra con el librero. Le pregunté cómo iba el negocio y me dijo que mal, que las librerías de viejo son una especie en extinción, que apenas hay relevo generacional, que la mayoría de los que leen (cada vez son menos) sólo quiere novedades y libros de autoayuda. Le pegamos un repaso al mercado editorial y al libro electrónico para acabar hablando de cine y del cierre de las salas Renoir. Mientras hablaba con el librero entró una rubia de las que cortan conversaciones,  se tropezó con una mesa cargada de libros y le cayó en un pie el tomo I de las obras completas de Julio Cortázar editado por RBA, un tocho considerable, le tuvo que doler, la rubia entendió aquello como una premonición y se llevó medio Cortázar a su casa.

Seguí rebuscando y haciendo cuentas de lo que me podía llevar con mi presupuesto de 15 euros. En la sección de historia y política di con varias cosas interesantes; los dos tomos de La guerra civil española de Hugh Thomas, Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt, y con un librito que lleva toda la vida en mi casa y que fue el primer ensayo político que leí, Introducción a las doctrinas político-económicas de Walter Montenegro. Este último es un librito muy recomendable, y también el de Hanna Arendt, sobre todo en estos tiempos, en los que los términos, totalitario, nazi y fascista son utilizados con tan poco rigor por uno y otro redil ideológico para atacar al contrario. Las palabras nazi, fascista y totalitario se han convertido últimamente en palabras comodín metidas con calzador para avivar la gresca política, valen para un roto y para un descosido, son como el y tú más o el caca culo pedo pis de los niños.
 
 
 
 Al final me llevé los dos tomos de Hugh Thomas y el joyas literarias de recuerdo, el librero me lo regaló, un tío muy majo. Para Los orígenes del totalitarismo no me dio el presupuesto, así que patrullé por las  bibliotecas para buscarlo. En la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras lo tenían, pero cuando fui a sacarlo me dijeron que nones porque no había renovado la cuota de socio de la Asociación de Antiguos Alumnos de la universidad que da derecho entre otras cosas a sacar libros de la biblioteca.  Son 40 eurazos al año, así que he decidido que a partir de ahora seré antiguo alumno outsider e iré por allí sólo para consulta. Cuando salí de la biblioteca me encontré con mi antiguo profesor de contemporánea y estuvimos charlando un rato en el pasillo.

Empezamos con las preguntas de rigor (cuánto tiempo, cómo le va, que hizo después de licenciarse y todo lo demás)  y seguimos con cómo está la universidad y el gobierno para acabar hablando de las maldades y las bondades de internet, del arma de doble filo que supone tanta información a un solo click y del papel que juega este torrente a la hora de analizar la actualidad y la historia.  Es muy “fácil” formarse un criterio cuando la ignorancia se cura a base de click y Wikipedia. En estos tiempos formarse un criterio propio no supone ningún esfuerzo, basta con los medios de comunicación, con la historia que cuenta la tribu, el partido, o el ideario político al que uno se adhiere con fe ciega. Con Wikipedia, con las redes sociales y con el yo me lo guiso yo me lo como que fomenta internet. Contrastar la información, buscar otro punto de vista, investigar si es fiable y veraz  lleva tiempo y requiere esfuerzo, además nos podemos llevar un chasco, lo natural es quedarnos con la versión que más se acomoda a nuestra ideología política, o a nuestra circunstancia personal. Leer a varios autores que escriben sobre el mismo tema es un coñazo y una pérdida de tiempo cuando a golpe de ratón podemos resolver una duda o reafirmarnos en una idea.
Y es  que resulta que formarse un criterio propio y auténtico es más difícil de lo que parece. Aparte del sectarismo de los partidos y de los medios de comunicación, hay que lidiar con lo que se publica y se comparte en la red. Cada día proliferan como setas tertulianos, charlistas, fundamentalistas de la verdad, y gurús elevados a la categoría de profetas por uno y otro redil ideológico con discurso uniformado y lección de historia sesgada. Conferencias y video montajes que pretenden explicar un siglo de historia en media hora, o en cinco minutos abundan en internet, la mayoría  muy sesgados y acomodados a la ideología correspondiente. El personal se los traga con envoltorio y todo.  El espíritu crítico, la reflexión y el debate prácticamente han desaparecido.  Así nos luce el pelo.
Lo de las bondades y ventajas de internet (que claro que las hay) lo dejamos para otro día, hoy tocan las maldades.
Hablamos también de Hannah Arendt (el tema se merece una entrada) y de su libro. Me dio rabia no poder llevarme el libro pero me alegró haberme encontrado con mi antiguo profesor y charlar un rato con él. Gran profesor y gran tipo. Recuerdo lo que nos dijo cuando salió el tema de la guerra civil española; cuidado con los autores sectarios, cuidado con el sentimentalismo y el resentimiento a la hora de abordar la historia, cuidado con internet, contrasten siempre.

 Al final encontré Los orígenes del totalitarismo en una biblioteca pública (todavía quedan), leí este libro hace años  en la facultad cuando estudié historia contemporánea, y me lo estoy  leyendo otra vez ahora, lo alterno con La guerra civil española de HughThomas, y con las novelas de Juan Madrid. Voy por la última entrega de la saga de Toni Romano. Toni Romano ya está entre mis personajes de ficción favoritos, junto a Jean Valjean, Ulises, Don Quijote, Homer Simpson, Atticus Finch y otros.

Después de las andanzas librescas me fui al bar de mi barrio a desengrasar y pegué la hebra con el dueño mientras me ponía una birra. El dueño del bar de mi barrio lleva 40 años tirando cañas detrás de una barra y no ha leído un libro en su vida ni tiene intención de hacerlo, pero da gusto hablar con él de la vida, de política y de lo que sea. Luego llegaron unos amigos y estuvimos de charla mientras seguíamos con las birras y las tapas, hablamos de lo que hablan los amigos cuando se juntan, de todo un poco. Llegó la hora del cierre, el dueño se quería ir, nosotros no, así que le pedimos que nos pusiera hielo en una bolsa y nos fuimos a mi casa a dar cuenta de una botella de White Label mientras seguíamos hablando de todo un poco. Cuando se acabó la botella la conversación empezó a decaer, alguien sugirió buscar un bar abierto pero finalmente optamos por la prudencia y por no cruzar el punto de no retorno (ya estaba bien para un martes), hace 20 años habríamos optado por la imprudencia y habríamos cruzado el punto de no retorno sin pensarlo. Habríamos llegado a currar de empalmada. Es un coñazo hacerse mayor... 
 

Saludos cordiales.


 

 

 

 

 

miércoles, 10 de abril de 2013

Pongamos que hablo de Madrid



Yo pensaba que me había pateado todas las bibliotecas municipales de mi ciudad y resulta que no, que tenía una al lado de mi casa y ni me había enterado. Está en un bajo, en una plaza recóndita, he pasado muchas veces por allí pero si uno no va a tiro hecho ni la ve, sobre todo yo, que además de miope soy  rey del despiste y emperador de la caraja. Si la ves de lejos parece un local cerrado o un cuarto de contadores. El caso es que hace unos días salí a dar un paseo y me tropecé con ella por casualidad, vi salir a unos chavales con mochila y libros y agucé la vista, que alegrón, salir a que te de el aire y descubrir una biblioteca. Entré y solicité el carné, me atendió un tío muy majo y muy profesional. Al principio me pareció pequeña, pero el bibliotecario enseguida me dijo que esa era la zona infantil y que al fondo del pasillo a la derecha había que bajar unas escaleras y luego subirlas para llegar a la sala de adultos (el que hizo los planos debía ir harto de güisqui), allá que me fui a rebuscar un rato. Pocas cosas me gustan más que perder el tiempo en una biblioteca sin rumbo fijo, de poesía a novela de novela a cine y de cine a filosofía y política y tiro porque me toca. Cuando andaba por la sección de novela estuve ojeando unos libros de Juan Madrid. De Juan Madrid leí hace muchos años Días contados, en esta novela se basa la película de Uribe del mismo título. En mi opinión, la película poco a nada tiene que ver con el libro.

Llevaban tiempo recomendándome la novela negra de Juan Madrid. Es curioso que con lo que me gusta el cine negro nunca haya sido muy aficionado a la novela negra actual o nueva novela negra o como lo llamen ahora. Fuera de algunos clásicos que inspiraron luego las grandes películas del cine negro norteamericano no le había dado mucho al tema. Me habían dado mucho la brasa con la novela negra sueca, y también con  Juan  Madrid, tienes que leer los cuentos policíacos o negros (el follón de los géneros)  de Juan Madrid y sus novelas de Toni Romano, un lujo, novela negra de la buena y además producto nacional. Como leas a la Larsson antes de leer a Juan Madrid es pa darte me decían. Ok, tomo nota, me apunto Juan Madrid. Me llevé Días contados para darle otro revolcón, una antología de relatos titulada Un trabajo fácil, y la primera novela de la saga de Antonio Carpintero alias Toni Romano Un beso de amigo. Me lo he pasado teta.

Días contados es una de las novelas más duras y sórdidas que he leído. Antonio es un fotógrafo al que encargan un reportaje que ilustre una guía turística sobre la movida madrileña. Se trata de fotografiar los bares de referencia y a la gente guapa que protagonizó aquello, algo que atraiga al personal "nada de mugre y cutrerío" le advierten en la editorial. La mugre y el cutrerío que quiere evitar la editorial es la que se suele esconder detrás de la prosperidad y el estado de bienestar de las grandes urbes, la que no nos gusta que nos saquen en el telediario mientras nos apretamos un cocido, la que siempre está ahí aunque vaya moviéndose de un barrio a otro. Antonio se instala en una buhardilla de la Plaza del dos de Mayo, es el año 1990, y lo que se encuentra en Malasaña es mugre y cutrerío por un tubo; drogas, delincuencia y prostitución. Son los años duros de la heroína y el sida, el final de una década prodigiosa en la que muchos jóvenes no encontraron su sitio y se quedaron en el camino. Antonio es un tipo ambicioso y piensa que si fotografía ese mundo de miseria, explotación y delincuencia hará el libro de su vida y se convertirá en un fotógrafo de prestigio. Pero la editorial no quiere la cruda realidad, quiere a la gente guapa de la movida.

"Estas fotos dan ganas de vomitar, hay demasiada droga, demasiado pus, demasiada mierda...La gente quiere olvidarse de que todo eso existe. Quiere algo más bonito, no sé, más artístico, más elegante."

La novela es una reflexión sobre la transición, sobre la izquierda burguesa, y sobre el final de una década que nos han vendido como maravillosa. La venerada movida fue pura estética, una cosa muy superficial que hizo en su mayoría gente de buena familia que estaba harta de política y tenía ganas de divertirse. Fue una juerga que duró cuatro años, una juerga sólo para algunos, "la movida fuimos cien personas" se dice en un momento del libro. Es cierto que afloró la creatividad artística y musical, y que surgieron grupos cojonudos, pero en mi opinión se ha sobrevalorado demasiado el tema. Lo que cuenta la novela es la otra cara de la moneda, la otra realidad. Curiosamente el recientemente fallecido José Luis Sampedro asistió a la presentación del libro en 1993 y entre otras cosas dijo:

 "Este libro desmitifica y pone en su sitio una década que no ha sido como nos la han querido hacer ver"







Después de Días contados me calcé en dos tardes la antología de relatos Un trabajo fácil  y la primera novela de la saga de Antonio Carpintero alias Toni Romano Un beso de amigo. He disfrutado como un gorrino en un lodazal. Antonio Carpintero es un  ex boxeador y ex policía que se dedica a resolver asuntos turbios para gente que no puede acudir a la policía, un huele braguetas sin licencia que se mete en líos y se conoce Madrid como la palma de la mano, especialmente el barrio de Malasaña. La novela es un fresco urbano que no tiene desperdicio. Toni Romano es una actualización del detective privado que nació con El Halcón Maltés, y cuela, seguro que han existido y existen tipos así en la urbe madrileña. Novela, negra y  urbana sí, pero también novela social. Esto último es por lo que siempre me han recomendado las novelas de Juan Madrid, lo que los aficionados a este género que conozco han echado de menos en otros autores de novela negra o policíaca, la crónica social.

Las novelas que he leído de Juan Madrid retratan ese mundo del hampa, de la delincuencia y de los buscavidas que ya abordó la picaresca y las novelas de Pío Baroja. El mundo de lo marginal, de los olvidados, siempre ha dado mucho juego en la literatura. Juan Madrid fue periodista de sucesos durante muchos años, ha patrullado lo suyo y se nota que conoce la calle y a la gente, sobre la importancia que ha tenido su experiencia como periodista a la hora de escribir dijo:

 "Soy periodista de sucesos desde hace 20 años, y en mi trabajo viví lo que luego conté en mis historias."

Las novelas de Juan Madrid son una crónica urbana y social de los 80 y los 90. Decía José Luís Sampedro que para conocer una época es mejor una buena novela que un estudio sociológico. Estoy de acuerdo, cuanto más leo más suscribo las palabras de Sampedro, descanse en paz.  Os dejo que voy a comenzar con la segunda novela de la saga de Toni Romano. No perdáis de vista a Juan Madrid, yo no pienso hacerlo. 
Para terminar, ya que le hemos pegado un buen revolcón a Juan Madrid y a su novela negra,  urbana y madrileña, os dejo esta versión que hicieron  Los Porretas del mítico temazo de Joaquín Sabina. Suban el volumen de sus ordenatas y dispónganse a rocanrolear....




¡¡VIVA ELVINO Y EL ROCANROL!!

Saludos cordiales.

-Las novelas de Juan Madrid son fáciles de encontrar en bibliotecas municipales. Los cuentos andan algo dispersos en varias antologías, pero me he enterado de que en 2009 ediciones B publicó los cuentos completos, cuesta 22 euros. No obstante las antologías de relatos de Juan Madrid también abundan en las bibliotecas. 

jueves, 4 de abril de 2013

Desde la parra


 Llevo una temporada disperso, más hacia dentro que hacia fuera, más en la parra que aquí, ensimismado conmigo mismo en mi ensimismamiento.  Mi novia dice que a ver si va a ser la crisis de los 40…quién sabe. De todas formas siempre he sido de temperamento melancólico, las musarañas  y yo somos casi de la familia. El caso es que en un mes cumplo 40 tacos. Cuarenta tacos es media vida según las estadísticas del lne, que dicen que la esperanza de vida en hombres es de 80. Los 40 son como los 100.000 del coche, empiezan la averías y las iteuves  periódicas, hay que estar más pendiente de los niveles y todo lo demás.  Es normal que uno haga balance, que se interpele,  que haga un repaso de su bagaje, un inventario de lo que lleva metido en la mochila…¿no?...Joder... Inma va a tener razón, esto va a ser un crisis de los 40 de manual.

Últimamente hablo conmigo mismo más de lo habitual,  me hago las mismas  preguntas que los replicantes (más humanos que los humanos) de Blade Runner,  “¿de dónde vengo?”, “¿a dónde voy?” , “¿cuánto tiempo me queda?”, y  no dejo de darle vueltas a estos versos de Machado :
 
"Al borde del sendero un día nos sentamos. Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita son las desesperantes posturas que tomamos para aguardar...Mas ella no faltará a la cita" (XXXV. Poesías completas) 
 
El paso del tiempo y la muerte, casi nada...ya lo decía Jorge Manrique...
 
"Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
 y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos."

Coplas a la muerte de su padre. Jorge Manrique.
 

Hay mucho de Manrique en la poesía de Machado.
 
Hace unos meses buscando unos libros en casa de mi madre apareció una foto que llevaba sin ver desde que me la  hice con 18 años. Era la foto que me hicieron para el carné militar cuando entré en la mili, de recluta. Con el pelo corto, diez kilos menos, gafas redondas  y granos en la cara, intentando mantener la compostura y llenar el uniforme, entre acojonado y  expectante, así salgo. No recordaba la foto y me impactó, bueno lo que más me impacto no fue la foto sino que hubieran pasado 21 años desde que me la hicieron y que casi no me hubiera enterado. La foto estaba en un libro titulado Caballo de Troya de JJ Benítez (tela) y tenía una dedicatoria escrita por mí que ponía “más vale tarde que nunca” con fecha de 1992. Enseguida recordé que me prestaron ese libro y quien me lo prestó, y cómo lo leí durante las imaginarias. Resulta que perdí el libro (si de repente apareciera todo lo que he perdido en estos 40 años tendría que alquilar dos trasteros), la persona que me lo prestó me preguntó por él y le dije que no lo había terminado, insistía y yo daba largas pensando que el libro aparecería. Durante un permiso de fin de semana fui a una librería, compré el libro y escribí la dedicatoria. Cuando esta persona vio que era nuevo y leyó la dedicatoria  me alabó el gesto y me dijo "quédatelo, así tienes un recuerdo mío". Al acordarme de la foto me he acordado del libro, y al acordarme del libro me he acordado de quien me lo prestó y acabó regalándomelo,  y me he quedado pensando en  cómo era yo cuando compré ese libro y escribí  aquella dedicatoria hace más de veinte años y en cómo soy ahora. No recuerdo ahora  quién dijo que los objetos son anzuelos para pescar recuerdos, despertadores de la memoria, lo bordó.

Hablando de las fotografías, el tiempo y la muerte...
 
"Pero al fin podré vencerte,
ave y rayo secular,
corazón, que de la muerte
nadie ha de hacerme dudar.
 
Sigue ,pues, sigue, cuchillo,
Volando, hiriendo. Algún día
se pondrá el tiempo amarillo
sobre mi fotografía"
 
El rayo que no cesa. Miguel Hernández.
 
 
Algún día se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía...qué bueno...siempre que veo fotos antiguas de gente que ya no está me acuerdo de este verso. Recuerdo lo que me impresionó  El rayo que no cesa la primera vez que lo leí...
 
Otro de Miguel Hernández que me gusta mucho, es un poco largo así que sólo pongo el principio...
 
"Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato."
 
Me sobra el corazón. Miguel Hernández.
 
Miguel Hernández también tiene unos sonetos de amor geniales..., éste va por mi novia...

                       
      II

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas
varios
intratables espinos a manojos.
 
 No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.

Miguel Hernández. Imagen de tu  huella.


Hace tiempo un amigo me llamó para pedirme consejo para reconquistar a una chica de la que estaba enamorado hasta las trancas...,no me llama, no me coge el teléfono, a saber que le habrás hecho ladrón le dije yo...andaba como alma en pena el tío. Tú que eres un poco literato aconséjame algo romántico, me dijo, una carta o un poema, algo para romper el hielo . Mándale un ramo de rosas y esta antología de sonetos de amor con un tarjetón con este poema (el de arriba),  a ver si cuela, si no cuela con esto date por jodido. Parece que coló porque siguen juntos.

Cuando ando disperso  no me apetece leer novelas o ensayos  y me agarro a los libros de poemas, voy sobre seguro y releo a los clásicos, los que me marcaron en su día. Como tantos, abrí el melón de la poesía con Bécquer y Espronceda, y seguí con la generación del 27 la del 36 y la del 50, bueno y  con Machado por supuesto. La edición de Austral de las poesías completas de Machado la tengo bastante trillada, me gustan todos, pero hay algunos en los que me paro más rato, el XXXV de más arriba es uno de ellos,  otro es Un loco (CVI de poesías completas)
 
 
 
 
 

          La cordura, la terrible cordura del idiota...
 
 
Cernuda también me gusta mucho...
 
  
 
 
                     
 
Y Rubén Darío,  especialmente Cantos de vida y esperanza...


                                                                            Lo fatal

                                                     Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
                                                     y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
                                                     pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
                                                     ni mayor pesadumbre que la vida consciente. 

         
                                                    Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
                                                    y el temor de haber sido y un futuro terror...
                                                   ¡Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
                                                    y sufrir por la vida y por la sombra y por

         
                                                   lo que no conocemos y apenas sospechamos,
                                                   y la carne que tienta con sus frescos racimos

                                                  y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
                                                  y no saber adónde vamos,
                                                  ni de dónde venimos...!


                                                  Rubén Darío. Cantos de vida y esperanza.



No he salido mucho de los clásicos españoles a la hora de leer poesía la verdad. Hace poco descubrí a William Blake (Londres 1757-1827), poeta y pintor,  y me gustó bastante. Aquí os dejo uno de sus poemas más conocidos.

 
Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?
¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?
Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quién hizo al cordero fue quien te hizo?
Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?

William Blake, El tigre.
 
 
 
De Blake no perdáis de vista su poemario El matrimonio del cielo y el infierno. Una maravilla.
 
También he descubierto hace poco a Víctor Botas, un poeta poco conocido pero que no tiene desperdicio. Siempre que enciendo la tele y escucho la radio me acuerdo de este poema suyo.
 

EZRA POUND COMO MÚSICA DE FONDO

Economistas, químicos,
sociólogos, sicólogos, sexólogos, expertos
en temas de lingüística,
y toda esa quincalla de los medios
de comunicación
social (también llamados,
por los más cultos, mass
media), ahora,
son flámines, arúspices;
en suma, son los sumos
sacerdotes: nos dan
la prensa como hostia, el sufragio
universal ( y las vacunas) como
circuncisión. ( También los buenos días
por la radio).

Nos dominan legiones
de mediocres, ocultos
bajo un título: habría
que temer mucho más a estos señores
que al mismísimo Atila.

Pero no;
los dejamos hacer, y así nos luce
el poco pelo que nos va quedando.

Aguas mayores y menores. Víctor Botas.
 

Nos dominan legiones de mediocres ocultos bajo un título..., ya te digo Víctor,  lo bordaste. Los mass media, la materia prima con la que el personal se forma un criterio, qué peligro.  Este poema es de los años 80, parece que la cosa no ha mejorado mucho. Entre otras cosas no hemos conseguido sacudirnos la titulitis.  En la universidad fue donde descubrí que los estudios universitarios están sobrevalorados.

Qué me perdone el gran Fernando Pessoa, pero a mí me gusta más esta nueva versión que hace Víctor Botas en Segunda mano de una de las odas a Ricardo Reis del portugués ...




Me gusta mucho esta oda a Ricardo Reis a la que el amigo Botas da una mano de pintura, sobre todo eso de Perenne fluye la inacabable hora que nos proclama nulos...La vida está aquí y ahora, no hay nada después de la última mueca...¿o sí?...
He empezado esta entrada un poco de bajón y ya me estoy viniendo arriba, para terminar de arreglarlo esta tarde me voy a poner Cantando bajo la lluvia. Como dijo Escarlata O´Hara, al fin y al cabo mañana será otro día.

Saludos cordiales.

- La mayoría de los libros de poemas que han salido por aquí campan a sus anchas en librerías y bibliotecas municipales.  De William Blake hay varias antologías bilingües  en bolsillo a precios populares.  En Visor hay una edición bilingüe de las poesías completas en tapa dura, esa es la que yo encontré en la biblioteca.  Hace poco se han vuelto a reeditar las poesías completas de Víctor Botas, son 30 eurazos pero creo que merece la pena, a ver si sale en bolsillo. http://www.casadellibro.com/libro-poesia-completa/9788415039907/1998920