Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

sábado, 2 de febrero de 2013

Las manos sobre la ciudad


Haciendo zapping hace unos días me tropecé con una peli de la que nada sabía  y que tenía muy buena pinta, estaba empezada ya, y sólo vi una escena en la que un tipo recibía a otro en su casa, pasan a un despacho, parecen peces gordos por la ropa, por la casa y por las cosas de las que hablan; “quiero pedirle que retire mi candidatura a las elecciones” “me niego a  estar en la misma lista  con Nottola” “la investigación determina que medio ayuntamiento debería ir a la cárcel” “ no puedo hacer como si no pasa nada y quedarme sentado al lado de Nottola” “el problema no se plantea en términos morales” “es indispensable tenerlo de nuestra parte, hay que pensar en la mayoría” “la opinión pública la creamos nosotros” “¿un cigarrillo?”  ”un gran partido puede absorver muchos Nottolas” “en política la indignación moral no hace falta, el único error grave es ser vencido”… aquí hay tuétano del bueno pensé, me fui a la información y tomé nota, ésta la busco y me la veo de  pe a  pa en cuanto tenga un rato.
La película era Las manos sobre la ciudad de Francesco Rosi, y trata de un tema tan viejo como el estado y tristemente muy de actualidad,  la corrupción política. El argumento seguro que os  resulta familiar.
Nápoles, años  sesenta, Nottola además de ser concejal del ayuntamiento, es un magnate del negocio inmobiliario y propietario de  la mayor empresa constructora de la ciudad. Nottola es miembro de  todas la comisiones encargadas de emitir licencias relacionadas con la construcción. Respaldado por otros concejales Nottola se dedica a la especulación. Las  licencias emitidas a favor de Nottola se pasan por el escroto los plazos, los trámites, la normativa y la seguridad que se  le suele exigir a cualquier paisano que quiera hacer una cochera en el patio de su casa. Una de las promociones de Nottola provoca el derrumbe de un edificio adyacente matando a tres  personas. Se demuestra que la negligencia y el pase  por la  entrepierna de las medidas de seguridad han provocado  el derrumbe. ¿Se irá de rositas  el potentado Nottola?,  ¿a que os suena?, de  hecho esta música ha sonado casi todos los días en los programas de variedades (antes boletines informativos) de los últimos tiempos. La película es un retrato a escala de la realidad de muchos países capitalistas, especialmente del nuestro. Vamos que se podría titular perfectamente “España; ladrillo y trinque”. Lo que cuenta la película es lo que ha estado pasando por aquí en los últimos cuarenta  años. Las consecuencias de ésto ya las sabéis, pisos de 70 metros por trescientos mil euros en los  que se escucha en Dolby Surround la jodienda y las pedorretas matutinas del vecino, hipotecas a perpetuidad, viviendas sobrevalorados, deshaucios y lo que te rondaré morena. La banca y las promotoras amparadas por los políticos  consiguieron convertir la vivienda en uno de los mayores problemas  de  la  sociedad española, porque inculcaron al personal  su filosofía, que la vivienda no era un derecho constitucional por el que los poderes públicos tenían que velar para evitar abusos, sino un producto con el que especular, como el oro o el petróleo, el más  tonto hacía relojes.
 
Rod Steiger interpreta al corrupto Nottola.
La película no se queda sólo en el tema de la especulación inmobiliaria (el ladrillo es una arista más de la corrupción política)  es una crítica feroz, un guantazo a la clase política que convierte la democracia en una patraña cuando en lugar de trabajar por el interés común trabaja por el interés personal, siendo capaz (entre otras cosas) de aliarse con el adversario político para mantenerse en el poder. Seguro que hay políticos honrados, gente que está en política por vocación y no para medrar y hacerse rica, yo pensaba que eran la mayoría, esta película y la cruda realidad no invitan al optimismo en este sentido. De un tiempo a esta parte tengo la sensación de que nos toman por gilipollas cada vez que les veo por la televisión o les escucho por la radio, o cuando leo lo que dicen en los periódicos, también pienso que nos toman por gilipollas cuando voy a echarle gasolina al coche o cuando me llega a casa la factura de la luz, cada vez veo más distancia entre ellos y nosotros. Imagino que es lo que pasa cuando se pone la economía por encima de la política y el interés general.
Las manos sobre la ciudad tiene una gran fuerza realista, los personajes que aparecen en esta película italiana de 1963 no son una caricatura, son reales, gente así campa a sus anchas por los ayuntamientos y el parlamento español.
Películas como ésta son necesarias, porque el cine, aparte de para entretener , aparte de para hacernos vivir otras vidas y probar otros nombres, aparte de para hacernos soñar y evadir de la realidad, sirve (cada vez menos) para hacernos tomar conciencia de ella. Películas como ésta hacen mucha falta.



Saludos Cordiales.

- Las manos sobre la ciudad (Le Mani sulla città). Francesco Rosi. 1963. El guión es de Francesco Rosi, Raffaele La Capria, y Enzo Provenzale. La música de Piero Piccioni, y la fotografía en blanco y negro de Gianni Di Venanzo. Los actores están todos muy bien, especialmente Rod Steiger que se sale como de costumbre, Rod Steiger es un pedazo de actor que casi siempre ha intrepretado papeles acorde con su corpulencia, el tipo duro, el capo, el violento. Difícil olvidar sus interpretaciones en películas como En el calor de la noche, o Al Capone. Las manos sobre la ciudad se llevó el Leon de oro a mejor película en el Festival de Venecia de 1963. En youtube habita en versión original para los que andéis sobrados de Italiano, en internet se comparte una copia regulera subtitulada al español, y en amazon la teneís original por 4,95 eurillos.